viernes, 17 de septiembre de 2010

Aquellos maravillosos años

Es una frase demasiadas veces utilizada. Pero sí, en este caso sí que podemos decir que aquellos años en los que se empezó a fraguar nuestra amistad fueron unos años maravillosos.

Representan, sí, es cierto, el recuerdo tal vez idealizado de un grupo de niños y niñas, que empezaban a conocer el mundo en verano en un pueblo, ciudad decimos con orgullo, de vecindad y/o de corazón. Recuerdos de un grupo de niños y niñas que en las vacaciones se olvidaban de todo aquello que les rodeaba en sus lugares de origen y nacimiento, para empezar cada año una nueva vida en el Vilorio, en Cantalejo.


El contacto con la naturaleza, con los pinares, el río, las hoces, las lagunas, las calles, sobre todo las calles del pueblo. La bicicleta compartida y adorada entre no se sabe cuantos de nosotros. Los paseos con nuestros mayores, el escuchar sus pequeños relatos sobre sus vidas pasadas que nos parecían sacadas de un libro de historia, por lo lejanas que se nos hacían. Las aventuras en las que convertíamos cualquier pequeña excursión por los alrededores. El descubrimiento de la noche. Los juegos que, aún siendo en muchos casos los mismos, tenían un sabor diferente al realizarlos en este pueblo. Las fiestas, aquellas fiestas con sabor a limonada y olor a "rameras", que rebosaban alegría y saber vivir. Aquellas primeras experiencias en los juegos, en la amistad, en el amor, en las decepciones y pequeños y grandes sinsabores. Las largas tertulias, conversaciones, confesiones. Los sueños, las ilusiones. Todo aquello que nos ha ido forjando, uniéndonos más aún entre nosotros, y a nosotros a su vez con este no tan pequeño pueblo.

Todo aquello hace posible que hoy, más de cincuenta años después de que nuestros padres se vieran obligados a emigrar, no sólo nosotros sino también nuestros hijos, sintamos este lugar como una parte de nuestro ser, de nuestra pequeña historia, y nos sintamos unos a otros como algo más que amigos, nos sintamos como una verdadera cuadrilla...

Sí, La Cuadrilla.

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3 comentarios:

  1. Lo he leido varias veces para saborear, a través del recuerdo, aquellos maravillosos años.

    Para los no iniciados "ramera" es la rama y hojas de los chopos, que se utilizan en las peñas.

    Fabuloso

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  2. En dos palabras: im presionante

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  3. Que desilusión. Parecía emocionante eso de descubrir la noche .. y el olor a "rameras" (me parecía un poco fuerte y a épocas de iniciación, pero...). Y al final son ... ramas!

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